Unas observaciones de China 2


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No sabía que esperar al venir a China.  Sabía que iba comer bien (obviamente, si leen el blog con frecuencia – han visto las fotos).  No me gusta admitir que conozco muy poco sobre la historia y la cultura de la patria de mi marido.  Si hubiéramos tenido más tiempo, lo hubiera estudiado un poco más.  He hecho muchas preguntas y mucho que aprender.  ¡Este lugar es antiguo!  Una búsqueda en Wikipedia sobre la historia de este país, no puedo determinar qué edad tiene.  Lo que si les puedo decir es que la primera forma de civilización humana aquí, fue hace más de un millón de anos.

El hecho de que no puedo hablar en Mandarín, y lo poco que digo, lo digo mal, no he tenido que hablar mucho.  Me siento a comer cuando me dan señas y me levanto para irme cuando veo que todos se están poniendo sus zapatos.  Ricardo me va poniendo al tanto de que se trata la conversación – agrego una cosa y otra – pero la mayoría del tiempo me quedo observando lo a él.  Tenía más de 17 años que no había visto a su familia o regresado a China.

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Familia

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Familia

Me imaginaba que iba ver a gente en bicicletas.  Miles de bicicletas.  No lo he visto.  He visto bicicletas con motores, una que otra bicicleta, motos, y carros.  Muchos carros.  Y no son carros yuqueados.  Carros nuevos.  No hay reglas en la carretera.  No hay quien tenga el derecho al camino.  Quizás, Beijing tenga más reglas que Shenzhen.  Tienes que ser un conductor defensivo y ofensivo a la vez.  No hay espacio para que te den nervios, te esperes, haiga hesitación o seas tímido/a.  Te darán pesadillas.  Si se te paso esa izquierda, no te preocupes, párate a media carretera, retrocede, maneja alrededor de los carros que vienen hacia ti y a los peatones, párate, muévete para delante un poco, ignora los carros en frente de ti, para, retrocede un poco más, y finamente sigues para delante.  Una nota en los peatones – me sentí un poco ofendida al principio, pensando que no se les da el camino y que no se les respete.  Al parecer, los peatones también están peleando por su pedacito de carretera, y maniobrar alrededor de los carros.  No importa si la luz dice camina o espera…ellos caminan.

Hay un aire de apuro aquí.  Todos tienen prisa en llegar a algún lado.  Hay un billón de personas.  Tienes que moverte.  Si te empujan no es que sea grosero…es simplemente como es. Cuando fuimos a La Ciudad Prohibida, había un cuarto con un trono, Ricardo me dijo prepárate para empujar.  Al principio me dio un poco de hesitación porque no quería invadir el espacio personal pero pronto me di cuenta, que empujas para llegar a donde quieres ir y para que veas lo que quieres ver.  Es caos organizado.  Me habían dicho que iba ver gente escupiendo en las calles.  No lo he visto.  Bueno, creo que he visto/escuchado como a cinco personas que han escupido en público.

La gente me pone mucho cuidado y actualmente una muchacha desconocida se tomó un “selfie” conmigo en La Ciudad Prohibida.  Creo que más que nada es curiosidad.  No me siento ofendida.  No soy tu turista típica.  Creo que están intentando averiguar de dónde soy y porque ando caminando con este tipo chino.

Me ha dado tristeza ver que la mayoría de los anuncios in las ciudades tienen modelos que parecen Europeas.  Muy poco de los anuncios con características de personas asiáticas.  Un anuncio en particular en el área expat en Beijing que me llamo mucho la atención.  El anuncio era para un cirujano plástico que tenía una mujer china que le habían hecho cirugía de doble paraparo de los ojos, llevaba puesto contactos azules y tenia pelo rubio.  El anuncio decía “Luce mejor.” Ugh.

China es un lugar difícil de visitar para aquellos que no les guste mucho la aventura.  El idioma y la comida son muy diferente. Pero, este es un lugar muy asombroso y un lugar que deberías de ver.  La historia es increíble y la gente que he tenido el placer de conocer, han sido increíblemente buena gente y me han recibido muy bien.


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