¡Nuevo país!  En realidad elegimos Kazajstán por sus nuevas relajadas regulaciones de visas (no se requiere nada para estadunidenses que se quedan menos de 15 días) y porque está la embajada de Uzbekistán.  Ya que estamos aquí, a que ver que es lo que nos ofrece.

Nuestros vuelos pasaron sin incidente, y fuimos testigos a como los Kazajos (¿quizás por todo Asia Central?) envuelve su equipaje en cinta.  Aclarando, no solamente una revolución vertical y una revolución horizontal, digo, la bolsa entera está envuelta en cinta que no se puede ver el color del equipaje porque está cubierta en cinta, montones de cinta.  Ni siquiera Robocob puede abrir ese equipaje.  Me pregunto cuando tiempo se tardan las autoridades en revisar el equipaje, y cuando tiempo tardan en ponerles cinta de nuevo.

De todos modos, llegamos a nuestro albergue a las 2:30 AM y caímos rendidos y nos despertamos alrededor de seis horas después.  Caminamos sin dirección y sin ningún plan.  Almaty es un lugar interesante con mezclas de Europa moderna, soviético antiguo, y Cáucaso antiguo.  Muchos de los edificios residenciales se construyeron en tiempo Soviético y lo representan.  Los cafés en la calle y las pastelerías son muy Europeas.  Las actitudes y comportamiento de la gente son turquico y mongol (i.e., abrazando cuando se ven con miembros de la familia).  Sorprendentemente es que Cindy y yo parecemos ser de aquí.  La apariencia física de los Kazajo es un espectro de Europa este hacia el norte de Asia.  En ninguna otra parte van a hablarle a Cindy o a mí en el idioma local pensando que también lo hablamos.

Calle en Almaty

Determinada de recuperar el mes que paso sin café en China, Cindy nos dirijo hacia otro restaurante donde nos tomamos otro café (ya nos habíamos tomado uno en el desayuno).  Para el almuerzo, tuvimos que usar el truco viejo de apuntar al menú en cualquier lugar ya que ahora los dos estamos fuera de nuestros idiomas de comodidad.  A Cindy le dieron dos huevos fritos encima de papas.  Mi platillo misterioso fue un huevo frito encima de papas, salchichas y chiles.  Después del té (chai, pero servido al estilo Ruso, otra mezcla interesante), descubrí otro sentimiento que se me había olvidado, necesidades de ir al baño causado por la cafeína.

En la tarde, caminamos a la plaza Republika, donde se celebra la historia gloriosa de los Kazajos y al frente está el Consejo de la Ciudad (la foto de arriba).  Las cúpulas de vidrio que se ven actuales son los techos de un centro comercial subterráneo.  Tome una foto, pero luego un seguridad me dijo muy amistosamente que no tomar más fotos (hasta me dio la mano antes de pedir me que no tomara fotos).

Encontramos un restaurante Kazajo para cenar.  Cindy comió un caldo de pescado con blini mientras yo comí chuletas de borrego.  También, por supuesto, había vodka muy bueno y barato.

Na sdorvya