Otro día, otro día de viajar.  Dijimos adiós a Zhangye y nos dirigimos hacia Jiayuguan.  El penúltimo de nuestras paradas, Jiayuguan es conocido como el lugar donde empieza La Gran Muralla de China.  Si has estado siguiendo este blog entonces recordaras que habíamos visitado Shanhaiguan, que es donde termina La Gran Muralla.  Pensamos que sería buena idea ver donde empieza y así poder terminar nuestra aventura con La Gran Muralla.

Con lo asombroso que es el tren de alta velocidad llegamos a Jiayuguan in 70 minutos.  Como somos viajeros perezosos, no planeamos nada para el resto del día.  Nuestras incursiones fuera del hotel fueron un poco raras.  El aspecto más notable de Jiayuguan es que es enorme.  Mucho más enorme de lo que tiene que ser.  Es una ciudad de alrededor de 200,000 personas, pero la estación de tren estaba alrededor de 25 km del centro.  Y había edificios desde la estación de tren al centro de la ciudad.  No era nada más espacio vacío.

Relacionado con su tamaño, Jiayuguan tiene cuadras increíblemente largas.  Miramos un mapa y vimos que estábamos alrededor de dos cuadras de una calle grande.  Decidimos caminar en la cuadra y comer.  Después de 15 minutos llegamos a nuestra primera intersección.  Una pensaría que el hombre más alto del mundo era el panificador de ciudad de Jiayuguan.  Como teníamos apetito al caminar nada más una cuadra, decidimos parar y comer en el primer lugar que vimos.

La comida

Decidimos ser estratégicos con la comida.  Como nuestro itinerario cuenta con 3-4 semanas en los ‘Stans, queríamos comer carne de cerdo mientras se puede.  El restaurante que encontramos tenía panza de cerdo en el menú.  Punto para nosotros.  Unos minutos después de ordenarlo, nuestra mesera nos dijo que ya no tenían.  Menos un punto para nosotros.  Ordenamos costillitas dulce y agrias.  Medio-punto.

Wikitravel nos informó que había un mercado de noche en Jiayuguan.  Desafortunadamente, estaba a cinco cuadras.  CINCO CUADRAS DE JIAYUGUAN.  Eso es como caminar de Montana a Kansas.  Con nada que hacer, decidimos adelante y caminamos hacia el mercado de noche.  Cinco cuadras y una hora después, llegamos.  Tenemos que admitir, que valió la pena.  Jiayuguan está un poco más jodido que algunas de las otras ciudades que hemos visitado.  El mercado de noche reflejaba su situación económica.  En lugar del glamur y las luces brillantes del mercado de noche de Xi’an, el mercado de Jiayuguan era completamente funcional y parte de la vida diaria de la ciudad.  Trabajadores comían sopas de fideos al lado de puestos de carnecería y vendedores de fruta.  No era bonito, pero era lo que necesitaba que ser.

Cindy y yo nos estacionamos dentro de un restauran Sichuan.  Si tenían panza de cerdo.  No era el mejor.  Medio punto, otra vez.

La cena