Después de cinco horas en un camión llegamos a Dunhuang. Al parecer, hoy en día, la crianza de niños ya no es estricto a lo que yo recuerdo, se ha reemplazado con chiquear a los niños de parte de los abuelos y los padres y se han convertido en miedosos en cuando la disciplina a su emperadores pequeños. En nuestro camión, un niño de tres años domino todo. Corría para arriba y para abajo del camión y luego se quejaba que estaba caliente. Corría para arriba y para abajo del camión y luego se quejaba de que estaba frio. Corría por el camión y luego se quejaba que tenía sed. Lo que debería de haber hecho es correr atreves del camión para que lo sacaran por una ventana.
Llegamos a Dunhuang alrededor de las 2 de la tarde. Nuestro taxista pregunto por qué nos estábamos quedando tan retirado de la ciudad. En realidad, no sabíamos que íbamos a estar fuera de la ciudad. Sin embargo, una vuelta después, y vimos que caminamos en la dirección de lo que parecía ser un desierto interminable. Era un paisaje dramático y le dije a mi conductor que esa era la razón por la que queríamos quedarnos fuera de la ciudad.
Apunto y dijo, “¿Qué? ¿Eso? ¿La arena? Yo veo ese mugrerío todos los días”
“Si, pero nosotros no. Ese es el detalle.”
“Tienes razón. Probablemente ves cosas en Tangshan todos los días que yo quiero ver. ¿Qué ves en Tangshan todos los días?”
“Polución.”
<Pausa>
“Quizás, no quiero ver eso.”
Después de dejar nuestras cosas en el albergue, era obvio lo que íbamos a ser con el resto de nuestro día. ¡Caminar a ese desierto! Dunhuang, aprendimos, es literalmente un oasis en el desierto, siendo la razón por la cual se convirtió un pueblo popular en la Ruta de Seda. Hoy, es un oasis de viajador, aunque uno moderno. Hoy en día, lo que marque la línea entre la ciudad y el desierto, es una atracción turística. Entrar al desierto cuesta dinero, que ha de ser chistosísimo a los viajeros del ayer que no podían esperar salir del desierto. En la boca del desierto hay dunas de arena y líneas interminables de vendedores ofreciendo maneras diferentes de jugar en el desierto. Estaba el señor que te ofrece viaje en camello, el que te ofrece un sandboard, el que te ofrece un buggy (arenero), el que te ofrece parapente, y el que te ofrece un parapente motorizado. Para los que no son perezosos, había un vendedor que vendía tipo lona para tus zapatos para evitar que entrar la arena dentro de los zapatos.
Cindy y yo decidimos no obtener ninguna de las opciones y empezamos a escalar la primera duna con la intención de ver la puesta del sol y ver las estrellas. Por el camino, conocimos a Corey, un americano que se dedica al arte del maquillaje y estaba en Beijing trabajando en un proyecto en Beijing. Las caras que ha tocado Corey, incluyen todos los actores de Breaking Bad, el Hulk Increíble, y Samuel L. Jackson, a quien Corey simplemente le llama “Sam.” Aparentemente una vez Corey perdió un celular y Sam le dio carilla por dos días. Corey hubiera grabado unas de esas sesiones de carilla y lo hubiera usado como su mensaje de buzón de voz.
Nuestra estrategia se hiso un poco complicada por la luna brillante, entonces bajamos las dunas alrededor de las 9 PM para cenar. Corey nos llevó al mercado de noche de Dunhuang. Había mucha actividad pero con menos gente que el mercado de noche en Xi’an. Vimos que muchos de los puestos estaban ansiosos por vender sus prendas ya que no había tantos turistas e hicimos una nota metal de regresar el siguiente día para comprar algunos recuerdos. Después de la cena, regresamos a nuestro albergue mientras Corey fue a que le ganaran unos muchachos de 14 años en un video juego de Legends.