Por años he soñado con tomar la foto de arriba de Cindy – sentada en la calle en Asia y sin estar segura de lo que esta pasando.  Este fue un momento muy importante.  Nuestro desayuna callejero fue arroz preparado estilo de avena y pepinos en vinagre, que sería uno de mis tres opciones para mi ultima cena.  La niña sentada al fondo de la mesa de Cindy, miro a Cindy todo el tiempo que comíamos.  Cindy ni noto porque estaba ocupada con su comida.

Estatuas en la playa

Más estatuas en la playa

Mi papa tuvo una cita dental en la tarde entonces fue un día sin mucho que hacer.  Paramos en la playa antes de regresar a la cuidad para comer.  Creo que mi papa se ha dado una meta personal de hacer que Cindy aumente 25 libras porque le da de comer como se jugara para un equipo de futbol americano.  El día anterior ordene un menú fijo de comida Szechuan para cuatro, me dijo que el extra era para Cindy.  Hoy comimos comida de Shanghai.

«Ay, mis caderas.» – Cindy

El desarrollo repentino de China ha hecho que su gente se ajuste rápidamente.   Aunque edificios se pueden construir rápidamente, nuevas actitudes no se construyen de un día para otro, y eso crea conflicto.  Por instante, una combinación de restricción de cuantos hijos pueden tener y comunidades ricas han causado niveles bajos de nacimiento en la población.  Históricamente, en China, padres y abuelos dependen que sus hijos y nietos los cuiden en su vieja edad.  En la mayoría de los casos, los abuelos esperan mudarse con su hijo/a mayor.

Cuando las familias eran grandes y los recursos compartidos, esta manera de vivir era sostenible.  Pero ahora, con tres generaciones con solo un hijo/a producen familias de cuatro abuelos, dos padres, y solamente un hijo/a.  Tener la expectativa que ese único hijo/a apoye a los miembros de su familia es una imposibilidad.  Y si ese hijo/a se casa con otra persona en la misma estructura familiar, serian entonces ocho abuelos y cuatro padres dependiendo de dos hijos/as, todavía una expectativa del mas allá.  Sin embargo, todavía es una expectativa.  Se considera una vergüenza no apoyar a los miembros de la familia y los abuelos que no viven con las generaciones jóvenes se sienten abandonados, perdidos y resentidos.

Mi papa, para su crédito, parece que ha visto las circunstancias y ha adoptado una filosofía muy diferente.  Nos llevó a Cindy y a mí a un hogar de ancianos (están aumentando en número, aunque todavía muy raros) donde el espera vivir algún día.  No quiere que lo chiquean sus hijos/as, nietos/as, ni él los quiere chiquear a ellos.  Se burla de sus amigos que están apegados a sus nietos/as como cuidanderos o que todavía apoyan financiablemente a sus hijos/as adultos.

Es una actitud no común en hombres Chinos mayores de edad, pero una que ciertamente será más común ya que las presiones de la demografía sean más fuertes.