¡Adiós, Estados Unidos! Nuestro primer vuelo fue aborde de un Boeing 787, conocido como el Dreamliner. Los más notable de este modelo nuevo es que quitaron la parisiena de la ventana y reemplazaron con un tinte azul que se puede ajustar con un botón (se puede ver en la foto debajo de la ventana). Esto permite que los aeromozas/os ajusten el nivel de la luz automáticamente, quitando el poder de las personas que insisten en subir las persianas mientras todos duermen.
Por suertudo, mi asiento particular en el Dreamliner no funcionaba. Lateramente, nada funciono. Mi televisión de pantalla táctil y control remoto no funcionaban. Mi luz no funcionaba. No podía ni recostarme. Ni podía hablarle a la aeromoza a que me rescatara porque mi botón de hablarle a la aeromoza no funcionaba. Por 12 horas me senté recto y aburrido mientras Cindy felizmente disfrutaba de las opciones de entretenimiento que le ofrecía el Dreamliner.
Cuando llegamos a Beijing, me sentía como un fastidioso bloque de Tetris. Tu sabes de cual bloque estoy hablando – tiene la figura de una “Z” y, cuando inevitablemente sale, deja una espacio cuadrado que tienes que mover el ultimo secundo a otro bloque.
Después de que Cindy me enderezara, pasamos por inmigración. No nos habíamos dado cuenta que inmigración seria el tema de la noche. Teníamos bastante tiempo en nuestras manos entonces tuvimos lo que Cindy llamo la mejor comida de su vida que había comido en un aeropuerto. La comida consistió de pato estofado con bambú y hongos negros, bok choy frito, y sopa aromática de pollo. La comida salió en $10. Por alguno razón mi te salió en $5.
Después de la cena, caminamos hacia nuestro vuelo de Hong Kong. Macao, Taiwán, y Hong Kong tiene un lugar especial en cuanto a transportación China. Están, o a lo menos, se consideran que son parte del mismo país, pero son un poco extra-doméstico y tienen su propia área en el aeropuerto de Beijing. En otras palabras, tuvimos que pasar por inmigración.
Ya que habíamos pasado por inmigración de los Estados Unidos a China, pensamos que la inmigración de China a China* sería fácil en comparación. No fue así. Para revisar los pasaportes tomo lo triple del tiempo. En seguridad los botones metales de mi camisa prendieron el detector metal y me tuvieron que revisar más a fondo. Excepto no me llevaron a un lugar donde no estuviera en camino de todos. Tuve que pararme en un mendigo pedestal en medio del área de seguridad donde un agente de seguridad me picoteaba en mis cervices. Hasta me levando la camisa para pasar el tubo que detecta metal (porque quizás, mi camisa estaba deflactando los rayos mágico del tubo?) y juro que los Kazakos esperando en línea me estaban punteando y riéndose de mis lonjas. “Haha mira a esa persona China en ropa Americana, deberíamos pelearnos con él porque sabemos que le podemos ganar.”
A Cindy no la inspeccionaron mas, pero si llevaba una bolsita de 20 artículos de tamaño de viaje de quien sabe que. Uno de ellos era aceite de coco y se lo confisco un agente. La mirada de horror en la cara de Cindy cuando le quito el aceite de coco fue tremenda. Intento explicar que su pelo se alborota sin el producto y que el próximo año estaba en sus manos. Lo tiro en la basura y una parte pequeña de Cindy se murió por dentro.
Para cuando por fin llegamos a Hong Kong, habíamos estado despiertos por 20 horas. Por la situación de la frontera con Hong Kong, mi papa nos estaba esperando al otro lado de la frontera de China (él vive en la ciudad cercana de Shenzhen). Nada más teníamos que llegar a la frontera. ¡Una escala más! Pero antes de que podaríamos viajar esa escala teníamos que pasar por inmigración. Si estas contando, esta sería la tercera vez. Ya que era después de medianoche, todos los camiones del aeropuerto de Hong Kong a la frontera China ya habían dejado de correr. Encontramos un taxista y negociamos el precio del viaje en tres tipos de monedas (el precio fue en dólares Chinos, pagados por dólares Estadunidenses, y el cambio en monedas de Hong Kong).
Nuestro taxista nos llevó a la frontera, donde, adivinen, pasamos por inmigración. Después de escapar Hong Kong tuvimos que tomar un camión que nos llevara por un puente donde podíamos caminar de China a China*.
Esperándonos en China estaba…inmigración (la quinta vez). Los ojos de Cindy decían todo, “por favor no se lleven mis cremas. Es todo lo que me queda.” Por fin cuando llegamos a China otra vez, a las 2 de la mañana nos saludó mi papa y nos llevó el resto del camino a su casa. El 1er día ya lo terminamos. Viajamos alrededor de 23 horas en total, con la mitad del tiempo en inmigración.
Thanks for providing part of my Sunday read as I sit in the back yard at my new table and chairs
I am glad you are enjoying them! We’ve had some awesome meals here…I think you’d enjoy them as well.
Richard and Cindy:
Do you want to me to bring some coconut oil? Let me know the brand if you need it.
Shelly
Hi Shelly! Thanks for the offer, but I think I’ll be okay. My hair grows fairly quickly so I’ll be able to braid it.
Did you at least get some cool passport stamps from all of those immigration officers??
Umm..nope. Just entrance and exit stamps. One Visa page will be filled with these things by the time we leave China.
Grasias por tener el ánimo de contar por los trabajos k pasan en su aventura muy bonita
did you complain about your seat? at least get some miles out of it.
Hahathat’s why I don’t want to go to HK! So much trouble!