Como habíamos obtenido nuestras visas de Uzbekistán, Cindy y yo podíamos disfrutar de lo que ofrece Almaty hasta que nos toca irnos. La característica más notable de Almaty son las montañas Tian Shan que se ven al horizonte. Debería de haber buenos caminos para caminar, pensamos.
Una combinación de empleados del albergue y el Lonely Planet nos dieron instrucciones para llegar a Chimbaluk, un centro de esquiar al sudeste de Almaty. Un camión nos llevó a la estación teleférico, donde dos señores mayores nos mocionaban que nos subiéramos a un teleférico que acaba de llegar. Nos hablaron en kazajo y las miramos con miradas confundidas. Recuerde que esta sería la última vez que alguien pensaría que Cindy y yo podíamos hablar el idioma local.
Les dijimos “nyet kazajo,” comprobando que nada más éramos estúpidos y no mudos. Satisfechas con la respuesta me miraron gestionaron hacia mí y me preguntaron algo probablemente sencillo. “Richard,” les conteste/adivine.
“¿Richard?” Señora A le pregunto a señora B.
“¿Ree-shard?” Señora B le pregunto a señora A.
“¿Roo-kard?” se preguntaron.
“¿Ruski?” nos preguntaron.
“Oh, ingles” agrego Cindy.
Estableciendo que no podíamos comunicar uno con el otro, pasamos el resto del tiempo hablando en pantomimas. Cindy vio que una de las señoras tenía una carpeta de yoga y le pregunto “¿Yoga?” Después de unos minutos de hablar con sí mismas y intentara entender lo que dijo Cindy, apuntaron a la carpeta y mimaron una moción de dormir, que nos hiso reír a todos. Vio que Cindy estaba sentada cruzada de pies, apunto a sus pierna intento levantarla un poco e indico con sus manos que se quebraría, que nos hiso reír mas.
Después de llegar a Chimbaluk, una de las mujeres apunto hacia la derecha, movió sus dedos, para indicar caminar, y movió el dedo gordo hacia arriba, indicando que era bueno. Fue suficiente. Nos dirigimos en esa dirección.
La caminada básicamente era seguir el camino de esquiar en la montaña. El día estaba caliente, mucha de la nieva se había derretido y convirtió el terreno en lodo, haciendo la caminata un poco más difícil. El lugar que creí que podíamos llegar dentro de una hora, se hiso inaccesible. Pero, los paisajes, fueron espectaculares.
Alrededor de las 3 decidimos bajar hacia el teleférico. Sin sorpresa, la bajada no fue tan difícil como la subida, excepto que hubo contacto de sentaderas con el piso. Con algo de tiempo, decidimos tomarnos un café y descansar un poco antes de regresar a Almaty.
Beautiful! Looks cold–glad you packed well for cold climates, too. Did that include sufficient padding for your butt-to-ground contact??
My butt is so rock solid that no amount of padding is sufficient