En la película, “Up in the Air,” el personaje de George Clooney da discursos apasionados de vivir un estilo de vida que permite a uno ser ágil y no ser atado a nada. Le dice a sus participantes que imaginen poner todas sus pertenencias en una mochila, y luego intentar pararse y caminar con todo eso en su espalda. La llave, sugiere Clooney, es limitar el número de pertenencias que van dentro de esa mochila.
Por supuesto, la película también nos revela que el Guapísimo George tiene un estilo de vida que lo hace un congelador anti-social que no le permite ser ningún compromiso ni desarrollar una relación con sentido. Pero cualquier persona que ha tenido que mudarse de hogar, o sea todos, sabe, que en algún nivel, Clooney no está completamente sin razón. Y para personas como nosotros que vamos a estar literalmente limitados a lo que quepa dentro de una mochila, la pregunta “¿por qué tengo tantas cosas?” es una que con frecuencia nos preguntamos.
Antes de que nos vayamos, tengo que cancelar lo siguiente:
- Contrato de renta;
- Seguro de salud;
- Seguro de contrato de renta;
- Seguro de carro;
- Internet;
- Amazon Prime;
- Gimnasio (para cualquier persona que me ha visto sin camisa – aclarando, a Richard – saben que valioso es esto);
- Spotify;
- Un filtro para bloquear el spam de internet;
- Un plugin para el filtro que bloqueaba el spam para que me permita ver unas cosas que quería ver, como videos de gatos gordos.
¡Y nada de eso existe físicamente! Simplemente son cosas con las que estoy asociado. Y tengo carro, muebles, aparatos, esposa. Quizás me quede con la esposa. Si tuviera hijos, mascotas, propiedad, ni quiero imaginarme como estuviera de larga esta lista, y sin contar las cosas físicas. Quizás, a veces, no es que no tengamos suficiente, es que tenemos tantas cosas, que ya no podemos con más.
En quince días nos vamos de Hawai’i. En veinte-cinco días nos vamos a China.