Siempre he querido visitar un lugar como Pingyao. Muchas ciudades Europeas tienen su pueblos viejos que están dentro de las murallas y preservados, pero lo mismo no se puede decir de muchas ciudades en China. Las han destruido, desbaratado o reutilizado para otra cosa. Ver algo como Pingyao es tener una ventana a unos de los tiempos más prósperos de China en sus 4000 años de historia.
Sin saberlo la noche anterior antes de que salimos para comer un bocadillo nuestro hotel actualmente se había mudado y nuestro guía de Lonely Planet ya no estaba al tanto. Después de unas miradas confusas a los letreros de las calles, pudimos determinar qué había sucedido y pudimos guiarnos hacia la calle principal de Pingyao. No pueden entrar carros, pero bicicletas y motocicletas todavía se meten entre la gente.
Pensamos que escalar las murallas de la ciudad y caminar alrededor y encima del pueblo sería una buena manera de empezar. Desafortunadamente, varias partes de la muralla se están renovando, y nada más tuvimos acceso a como 1/3 de la muralla. De todos modos es emocionante caminar encima de una muralla que tiene más de 500 años de edad y ver hacia abajo a una ciudad igual de antigua (arriba y debajo).
Para la comida, nos sentamos en un local de la calle y comimos fideos cortados con cuchillo, una especialidad de la región. Actualmente, esto es algo asombroso. No se pudieron molestar con la tabla de cortar. Detienen un bloque de masa en sus manos y van cortando pedazos en una olla grande de agua, haciendo los fideos. Los italianos tardan horas para hacer pequeños pedazos de fideos. Los chinos han tomado la dirección opuesta.
Pingyao tiene miles de residencias con patios. Algunas de ellas se ha determinado que tienen significado histórico y se han convertido en museos. Quizás fueron bancos, comerciantes, o simplemente una residencia grande. Uno de ellos era un centro de entrenamiento para artes marciales. Otro fue un Templo de Confucio construido en el siglo 11.
En la noche, fuimos a la calle de cantinas de Pingyao. Casi estaba vacío excepto por una que otra persona cantando karaoke solos. Y este no era cualquier tipo de karaoke, esto es como un karaoke despiadado que te patea en la cara. No estás en un cuarto con tus amigos. Estas en un escenario aluzado. Y había muchachos cantando solos. Cojones.